Lo peligroso es... Fanfic Eric-Sookie. (+18)

Os cuento la imagen de Eric que me vino a la mente gracias a este fanfic? Eric bebiendo directamente de la femoral de Sookie mientras le chupaba la sangre y le lamia lo que viene siendo lo que tiene entre las piernas para decirlo finamente jeje. A intervalos, chupadita, lametazo, chupadita, lametazo. Lo se, se me va la olla,

Bueno, estoy escribiendo el capítulo 8 y ¡buf! menudos calores que me están entrando

No sé si me dará tiempo a corregirlo hoy, pero sino lo cuelgo mañana sin falta, pa que empecemos el fin de semana con marcha.

perfecto jeje (Artist working, do not disturb )

la espera merecerá la pena!!

maidiremai escribió:la espera merecerá la pena!!

Arriba ese dios vikingoo oleeee

Capítulo 8.

Eric cruzó el local vacío y silencioso mientras esbozaba una sonrisa malignamente retorcida. Su precioso tesoro gimoteaba y le daba pequeños golpes en la espalda, tan inocuos para su fortaleza vampírica, que apenas los sentía. Sookie no le estaba haciendo ningún daño, aunque lo intentaba. Lo único que conseguía con su débil e inútil resistencia, era más bien incrementar la excitación del Vampiro y sus deseos oscuros.

Eric ya le había hecho la misma jugada en otra ocasión, cuando la encadenó en el sótano para impedir que se escapara del Fangtasia, antes de la llegada inminente del loco Russell Eddington.

En aquel entonces, Eric no tuvo más remedio que retenerla en contra de su voluntad, y aquello no fue bueno para ninguno de los dos, pero no existía otra solución.

Afortunadamente, aquella noche terrible había quedado atrás. Eric recordó cómo tuvo que apelar a toda su fuerza de voluntad para contener su deseo de poseerla. También recordó que, aquella misma noche, la besó por primera vez, y ella le correspondió, pero no hubo tiempo para nada más...

Había demasiadas cosas en juego en ese momento. Consumar un encuentro sexual forzado habría sido precipitado e improcedente, así que consiguió retener su lujuria con esfuerzo, y se limitó a dejarla encerrada, a pesar de que su polla se puso muy, muy dura cuando la argolla metálica se cerró con un fuerte "clac" alrededor del dulce cuello de Sookie.

Ahora, sin embargo, Sookie era suya, y él estaba en su derecho de hacer lo que quisiera con ella. Nada ni nadie lo detendría ésta vez.

Con esa firme determinación, atravesó la pista de baile desierta y se detuvo frente a su Trono. Allí, la depositó con cuidado en el suelo. Ella se apartó inmediatamente de él y miró a su alrededor asustada.

Eric se había asegurado previamente de apagar todas las luces, a excepción del brillante foco que iluminaba su diván con una sugerente luz rojiza. La oscuridad era dueña del resto del entorno, y el efecto de claro-oscuro que provocaba la escasa luz, creaba formas misteriosas e indescifrables a su alrededor. Para los ojos humanos de Sookie, tan sólo unos pasos más adelante las tinieblas se volvían impenetrables. El reflejo del foco, únicamente delimitaba la silueta imponente del Trono Vikingo, dándole un extraño aire de solemnidad, como si la chica estuviera siendo juzgada y aquella fuera la silla del juez. La tenue claridad formaba un pequeño círculo de luz que no se extendía más allá de unos pocos metros. El resto del bar era un océano de sombras y, tal como había dicho el Vampiro, estaban completamente solos.

¡Ojalá intentara huir!- pensó Eric - Sería delicioso perseguirla y atraparla.

Sookie no tenía ni idea de lo que Eric pretendía hacer con ella, pero no pensaba dejarse amilanar. Cómo en otras ocasiones, decidió que la mejor defensa sería un buen ataque. Además, estaba muy molesta por la forma que tuvo de trasladarla hasta allí, como si ella fuera un saco de patatas, o algo parecido. ¿Qué se había creído?

- ¿Qué coño estás haciendo? - le preguntó de mal humor. Eric sonrió ante su indignación y la observó muy orgulloso. ¡Era magnífica! Sólo llevaba puestos los zapatos blancos de tacón y unas diminutas braguitas color beige, que tenían bordados unos adornos imitando la forma caprichosa de varias ramas entrelazadas cubiertas de flores. Le iban a durar muy poco tiempo puestas.

queremos mas! mas!

Sus pechos desnudos se movían inquietos a medida que respiraba. Estaba empezando a ponerse nerviosa, Eric podía sentirlo; pero también se fijó en que los pezones seguían estando firmes y duros como pequeñas torres altivas que se erguían hacia él para que chupase y mordiese a su antojo. Se le hizo la boca agua.

Sookie se dio cuenta de su mirada y se los cubrió con las manos. Eric gruñó y le sujetó las muñecas obligándola a bajar los brazos y a mantenerlos pegados a los costados. Al tenerlo tan cerca, y a pesar de la oscuridad reinante, Sookie se fijó en que su cara y sus manos estaban limpias. Debía haberse lavado la sangre seca antes de ir a buscarla a la Oficina.

- No te escondas de mí- le dijo Eric severamente - Quiero mirarte.

Ella no respondió. Se limitó a permanecer quieta con el ceño fruncido, mientras Eric contemplaba su cuerpo con ojo clínico y después se sentaba tranquilamente en su maldito Trono. Apoyó la ancha espalda en el respaldo, cubierto de pieles de animales, flexionó las rodillas y una sonrisa radiante se apoderó de su bello rostro. Habría resultado cautivador, de no ser por el pequeño detalle de sus enormes colmillos goteantes y extendidos.

- Acércate Sookie - ronroneó él.

Ella no se movió. Su mente rebelde la incitaba a desobedecer, pero su sentido común le decía que tal vez eso no sería buena idea. Además, él le parecía tan guapo, allí sentado en su sillón...

Vio que se estaba desabrochando la camisa, lentamente, mostrando, pulgada a pulgada, su maravilloso pecho. Sookie lo miró fascinada mientras él iba soltando todos los botones de sus ojales, muy, muy despacio

Cuando terminó, se quitó la prenda arrojándola descuidadamente a un rincón del suelo. Ella admiró su torso desnudo y sus músculos abdominales, que estaban perfectamente definidos. Tenía una pequeña peca debajo de la tetilla izquierda, que le pareció condenadamente sexy, por no hablar de aquella V tan maravillosamente pronunciada, que los músculos nítidos de su bajo vientre formaban a la altura de la pelvis y que se perdía hacia abajo, en dirección al pubis, oculta por los pantalones de cuero. Ella sabía muy bien lo que se escondía más abajo. ¡Oh sí! Lo recordaba perfectamente.

Inconscientemente, dio un paso hacia él.

- Más cerca, Sookie- repitió el Vampiro. Sus ojos azules brillaban de expectación y de lujuria contenida. Sookie le obedeció, sintiendo un picor delicioso que comenzaba a hormiguear entre sus piernas al escucharle. De repente, recordó el intensísimo dolor que experimentó cuando lo vio allí sentado, en el mismo sitio, con aquella sucia zorra balanceándose sobre él. Hizo una mueca. Tan sólo habían transcurrido unas pocas horas desde entonces, pero su mundo entero había girado sobre su propia órbita.

- Ahora él es mío - pensó Sookie, sorprendiéndose al descubrir en su interior un fuerte sentimiento de posesión - Ninguna otra mujer volverá a sentarse en sus rodillas. Sólo yo...sólo yo.

Se acercó entonces a Eric e intentó besarlo, pero él la sujetó por las caderas y dio un giro a su cuerpo de 90 grados. Después colocó una mano suavemente en su espalda y la empujó suavemente, incitándola a que se reclinase sobre él.

- Inclínate sobre mi regazo - susurró Eric.

- ¿Qué?- Sookie se envaró inmediatamente al oírle. Intentó retroceder y como no lo consiguió, luchó por incorporarse- ¿Cómo dices?

- Ya me has oído- dijo Eric. No había ni una gota de humor en su voz. Estaba hablando muy en serio - Inclínate sobre mí. Quiero que te apoyes en mis rodillas y que procures mantener los pies en el suelo. Ponte de puntillas si es necesario. Eleva el culo hacia arriba. La cabeza, el pecho y los brazos al otro lado, mirando hacia abajo. Yo te ayudaré a guardar el equilibrio.

Sookie con un movimiento rápido consiguió escurrirse y dio un paso atrás. El Vikingo la miraba observando desde su Trono con gesto adusto, pero después sonrió, al parecer muy orgulloso de sí mismo. ¡Oh sí! Aunque intentaba disimularlo, se lo estaba pasando estupendamente.

- ¿Es que has perdido la cabeza Eric?- preguntó Sookie mirándole con desconfianza- No pienso apoyarme en tus rodillas, ¿de qué coño vas?

- Ya te dije que tenías que ser castigada - le dijo él sin molestarse ya en ocultar su alegría impertinente - Quiero que te inclines, y después te voy a bajar las bragas y te daré unos azotes cómo a una niña mala, y además quiero que los vayas contando en voz alta mientras te los doy.

Terminó su discurso y volvió a sonreír con picardía. Después, cruzó los brazos sobre el pecho y esperó. Mientras tanto, Sookie dio otro paso atrás, retrocediendo hacia la oscuridad.

- No - le dijo ella firmemente.

- ¿No?- repitió Eric arqueando una ceja- ¿Tenemos que tener de nuevo la misma conversación? -suspiró con impaciencia- Eres mía. No te puedes negar.

- Sí que puedo- respondió Sookie. Miró nerviosa de un lado a otro buscando una posible escapatoria. ¡Maldita sea! Estaba medio desnuda y no se veía nada con todas las luces apagadas. ¿A dónde iba a ir?

- Te obligaré, si me lo pones difícil - dijo Eric tranquilamente - ¿Es eso lo que quieres Sookie? ¿Quieres que te obligue?

Sookie actuó por puro reflejo. De repente, dio media vuelta y echó a correr, zambulléndose entre las sombras que había detrás de ella. Cruzó a ciegas la pista de baile, sin saber muy bien hacia dónde dirigirse. En el fondo de su ser, sabía que se trataba de una decisión estúpida. No tenía ninguna posibilidad frente a Eric.

El Vampiro se rió, encantado con el juego. Sookie había reaccionado exactamente de la forma que él esperaba y cazarla le resultaría un apetitoso aperitivo para lo que vendría después.

Solamente el temor de que tropezara con algo y se hiciera daño, le impidió prolongar la diversión. A velocidad vampírica saltó y en un segundo la tenía bien sujeta entre los brazos. Ella sólo había conseguido alejarse unos pocos metros.

- ¡Déjame!¡Déjame en paz, maldito bruto!- gritó enrabietada. Eric volvió a reírse y le dio un beso en la boca para que se callara. ¡Cuánto iba a disfrutar sometiéndola!

- Chisss, Sookie, tranquila, tranquila- le susurró.

- ¡Suéltame!¡Suéltame inmediatamente!- Sookie luchaba y se debatía cómo una gata salvaje mientras el Vampiro la llevaba de vuelta al Trono. Antes de que se diera cuenta, él se sentó, la giró entre sus brazos y la reclinó contra sus muslos mientras la obligaba a colocarse en la postura que había descrito antes con tanta precisión. Así que Sookie se vio colgando boca abajo junto a las largas piernas del Vikingo, mientras su culito permanecía indefenso entre sus manos.

- Maldito Cabrón- musitó, aunque, para su sorpresa, una parte muy oscura de su cuerpo, esperaba expectante lo que iba a pasar a continuación.

Eric la sujetó sin inmutarse, manteniéndola inmóvil con una mano sobre su espalda para que no pudiera moverse. Con la otra, empezó a acariciarle la parte posterior, mientras se deleitaba con los gruñidos indignados de ella.

- Venga Sookie- le dijo- Si estás toda mojada...

Para comprobarlo, metió un dedo bajo el elástico de las bragas, y lo deslizó por su coño suave. Introdujo el dedo dentro de ella con enorme facilidad y lo movió arriba y abajo golpeando dentro de su cuerpo con un ritmo delicioso fruto de la experiencia de 1000 años. Quería que Sookie se relajara antes de empezar con los azotes.

Quería que se diera cuenta de que aquella experiencia podía ser muy placentera para ambos si se olvidaba de convencionalismos sociales y aprendía a dejarse llevar.

Eric sabía perfectamente cómo despertar los sentidos de la muchacha y cómo hacer que su cuerpo gritara de gozo, así que se aplicó especialmente, curvando su dedo muy dentro de ella para alcanzar su punto interior de máximo placer.

Golpeó una y otra vez en ese mismo punto, hasta que ella terminó por rendirse y sus protestas, que ya de por sí no eran demasiado convincentes, se transformaron en gemidos, y no precisamente de rechazo.

Al cabo de unos segundos, Sookie se había olvidado de lo humillante de su postura. Sólo podía pensar en el dedo de Eric y en lo que él le estaba haciendo sentir. Se abandonó por completo y empezó a removerse pidiendo más mientras él deslizó un segundo dedo dentro de su coño. Ni siquiera le había quitado las bragas todavía, y ella ya estaba a punto de correrse.

- ¿Te gusta Sookie?- preguntó él. Ella no contestó. Sólo continuó gimiendo y movió el culo hacia arriba intentando que él tuviera un acceso más profundo a su interior. Pero Eric se detuvo y sacó la mano de sus bragas. Por tercera vez aquella noche, el muy bastardo pretendía dejarla insatisfecha. Sookie sollozó.

- Te he preguntado que si te gusta.

- Eric, por favor...- la voz de Sookie era un profundo lamento. Cuando terminaran, se las iba a hacer pagar, pero ahora, todo su cuerpo ardía y estaba demandando a gritos llegar a la cumbre de su placer. Eric podía comportarse a veces como un idiota integral, pero ella necesitaba urgentemente sus atenciones.

- Por favor ¿qué? Sookie- repitió él pacientemente- ¿Qué es lo que quieres?

- Por favor Eric...yo...Sigue tocándome, por favor- suplicó ella. Odió su voz plañidera, pero no podía hacer nada por evitarlo. No podía levantarse, y necesitaba correrse más de lo que había necesitado jamás algo en la vida. ¡Maldito Eric!

- Entonces, ¿te gusta lo que te hago, o no?- había un matiz de diversión en su voz. Sookie deseó sacarle los ojos.

- ¡Sí, joder! Me gusta lo que me haces. Ahora ¿quieres seguir o no?- le espetó ella. La risa de Eric llegó a sus oídos como una melodía: profunda y musical. Él acarició suavemente la tela de las bragas justo en ese lugar especial entre las piernas, y comprobó muy satisfecho de sí mismo, la intensa humedad que se filtraba a través de ellas, pero no volvió a meter la mano bajo el elástico. Sookie gimió exasperada.

- ¿Quieres que te folle?- preguntó Eric.

- ¡Maldita sea Eric!- gritó Sookie- ¡Sí, joder!¡Sí!¡Fóllame!¡Fóllame de una puta vez!

- Chist, chist, chist- respondió él chasqueando la lengua- Usas un vocabulario muy sucio querida Sookie. Ya te he dicho que has sido una niña mala. Te mereces unos azotes. ¿Quieres que te azote, Sookie?

- No- se resistió ella. Aunque su voz era tan débil que ni a ella misma le resultó creíble.

- ¿No?- repitió Eric. Volvió a colar sus dedos bajo las bragas y buscó su clítoris. Sookie dio un respingo cuando él encontró su núcleo y lo acarició sólo por un instante. Luego volvió a sacar la mano- ¿Estás segura?

Sookie lanzó un pequeño gritito de frustración. Se daba cuenta de lo que estaba pasando. Aquel maldito Vikingo se estaba burlando de ella. La estaba poniendo a cien, para después detenerse sin dejarla terminar. Y así seguiría hasta que ella cediera a sus caprichos.

Muy despacito, sintió como Eric le bajaba las bragas y las dejaba enredadas entre sus rodillas. Una corriente de aire fresco azotó su culo y su coño y la hizo estremecerse. Se quejó suavemente mientras sus fluidos vaginales se le deslizaban por la ingle. El olor dulce y picante del sexo se elevó en el ambiente y sintió como Eric aspiraba el olor y se relamía. Sus manos grandes y muy hábiles le acariciaron las nalgas y la hendidura que las separaba. Incluso llegó a explorar con un dedo juguetón su entrada posterior, aunque fue un contacto muy leve y muy delicado, sin llegar a profundizar en ella. Sin embargo, Sookie sintió aflorar un deseo desconocido que hizo que su pulso se acelerase.

Eric sonrió al notar su tremenda excitación. Estaba disfrutando enormemente acariciando su culo en forma de corazón, deslizando las yemas de sus dedos por la piel suave y separando y apretando la carne elástica.

Sookie estaba casi preparada para ceder, él lo notaba. Y se moría de ganas de dejar su marca sobre ella, y ver su lindo trasero tiñéndose de rojo. Sólo por eso, habría merecido la pena la espera de casi dos años por la señorita Stackhouse. Nunca había esperado tanto tiempo por una mujer. (En realidad, nunca había esperado nada por ninguna. Estaba acostumbrado a que se abrieran de piernas para él a un chasquido de sus dedos. Por eso "Su Sookie" era tan especial).

- Venga Sookie, si lo estás deseando- dijo mientras deslizaba la mano hacia abajo, hasta llegar de nuevo a tocar sus pliegues mojados y su clítoris. Lo masajeó cuidadosamente, estimulando todas las terminaciones nerviosas que se escondían en el pequeño botón, y una vez más, se detuvo.

- Vamos cariño- la animó. Empezaba a pensar que quizás el amanecer le encontrara allí sentado, con Sookie todavía resistiéndose tercamente- No te voy a hacer daño.

En realidad, Sookie no sentía temor a que él le hiciera un daño físico. No era eso.

Lo que temía era el acto de completa sumisión y entrega, y sobre todo, la asustaba la posibilidad de disfrutar más de lo debido con aquellos azotes.

Muy a su pesar, sentía como el deseo de ser dominada enteramente por Eric se despertaba en un cuarto oscuro del fondo de su mente, y amenazaba con invadirla poseyendo completamente su voluntad. La fuerza imparable de esa sensación, le daba mucho miedo.

Eric siguió a lo suyo, acariciándole el clítoris, pellizcándolo suavemente y moviendo sus dedos en círculos sobre él para después detenerse. Luego volvía a empezar. Al cabo de unos minutos, Sookie pensó que iba a volverse loca.

- Esta bien. Hazlo- dijo finalmente. Cerró los ojos y esperó.

Eric no necesitó que se lo dijeran dos veces. Acarició su culo una vez más, disfrutando de la suavidad y frescura de su pequeño trasero, y después, abrió completamente la mano y con un movimiento rápido, le dio una palmada en la nalga derecha. Plats.

- Vamos, cuenta- murmuró Eric con energía.

- Uno- musitó Sookie en voz baja.

- Plats- otra palmada en la nalga izquierda. Sookie gritó- Dos- Tal y cómo se esperaba, la picadura no era lo suficiente fuerte para hacerle verdadero daño. Eric estaba aplicando sólo la potencia justa y lo hacía con la única intención de provocarla y de incrementar su lujuria y deseo.

- ¡Plats!¡Plats!¡Plats!- la mano de Eric descendía sobre ella cada vez más rápido, y con cada nuevo golpe, sus nalgas iban adquiriendo una tonalidad más oscura, desde el rosa pálido del principio, hasta teñirse de un brillante color rojo a medida que la sangre se acumulaba bajo la piel. Para Eric, era una de las cosas más eróticas que había visto en la vida. Aunque se estaba esforzando mucho para no hacerle daño, sabía que la silueta de sus dedos se quedaría marcada sin remedio en el culo de Sookie, y esa idea le encantaba.

- ¡Tres!¡Cuatro!¡Cinco!- las picaduras de los azotes estaban consiguiendo su objetivo, que era excitarla más y más. Supuso que si Eric le acariciaba sus partes íntimas en ese momento, con un único roce la haría saltar por encima del borde y alcanzar un super-orgasmo.

A pesar de que toda la educación que había recibido le impelía a sentirse avergonzada por lo que estaban haciendo, si era sincera consigo misma, debía reconocer que en cierta medida estaba disfrutando. Era lo que había temido en lo profundo del corazón: que le gustase ser sometida por Eric, y aunque necesitaría tiempo para admitir conscientemente el placer que estaba sintiendo, su subconsciente le indicaba que se relajase...

Que había una especie de éxtasis en el hecho de ponerse completamente en manos de su amante y dejarse conducir por él...

¡Plats!- ésta vez, el golpe fue más fuerte, y acto seguido, Eric le metió los dedos entre las piernas y le acarició el clítoris. Después, volvió a detenerse para evitar que Sookie se corriera tan pronto.

- Aaaaahh- maulló Sookie completamente descontrolada. A estas alturas era ya incapaz de contar aunque se hubiera acordado de hacerlo. A Eric tampoco parecía preocuparle demasiado el detalle. Estaba demasiado concentrado en el castigo y en las nalgas calientes y rojas que tenía entre sus manos.

¡Plats!¡Plats!¡Plats!¡Plats!- iba alternando paulatinamente varios azotes suaves con picaduras un poco más fuertes y ligeros roces en el clítoris, manteniéndola justo en el borde, dónde quería tenerla. Sookie nunca había experimentado nada parecido, y sintiendo que el placer iba in crescendo, soltó las riendas por completo, y empeazó a gimotear pidiendo más.

¡Plats!¡Plats!- cuando Eric sobrepasó los 20 o 25 azotes, decidió poner fin al castigo antes de perder el control. Por última vez, bajó la mano duramente para darle un golpe mucho más fuete y seco que los demás y que la dejó con el culo ardiendo. Sookie sollozó, aunque no tenía muy clara la frontera entre el placer y el dolor y no sabría decir por qué se lamentaba.

Entonces, él la ayudó a incorporarse sin esfuerzo y le arrancó las bragas que seguían enredadas en sus rodillas. En un segundo, la tuvo sentada a horcajadas sobre sus muslos, con las piernas abiertas restregándose contra sus manos y apretando sus pechos contra su torso frío mientras ella le cubría la cara y el cuello con besos pequeños y húmedos.

La piel helada de Eric sirvió de estimulante al contrastar con el calor furioso que emanaba del cuerpo de la joven. Se besaron con voracidad animal mientras Sookie hundía las manos en los cabellos rubios de él y le clavaba las uñas en la cabeza, intentando acercarlo más y más a ella.

Mientras tanto, Eric parecía estar en todas partes. Mientras su lengua devoraba la boca de Sookie, sus manos pellizcaron delicadamente el culo enrojecido haciéndola saltar y lamentarse, y acto seguido, volvió a colar sus dedos dentro del coño de la chica mientras su pulgar se ocupaba del clítoris. Su otra mano se trasladó hacia la cadera para marcarle el ritmo y Sookie empezó a cabalgar alocadamente sobre la mano del Vampiro, como si se tratara de una amazona salvaje de otros tiempos.

Echó el cuello hacia atrás y se lo ofreció a su amante, que no dudó en aceptar la invitación implícita.

La mano libre de Eric subió lentamente desde la cadera hasta la larga melena de Sookie y se enredó bruscamente en sus cabellos obligándola a girar la cabeza. Ella se aferró a sus hombros mientras él le lamía la garganta, deteniéndose en el punto exacto dónde el cuello hace un ángulo con la clavícula. Entonces la mordió, succionando la dulce sangre de hada mezclada con el sabor exquisito de la liberación que estaba sacudiendo el cuerpo de la chica como un latigazo de electricidad.

El orgasmo nació en el centro de sus piernas, extendiéndose como una ola de oro por la columna vertebral, y de allí a todo su cuerpo: desde el interior más recóndito de su cerebro, hasta las puntas de los dedos de los pies.

Eric la sintió vibrar entre sus brazos y escuchó los latidos de su corazón, mientras ella pronunciaba su nombre con esfuerzo. El sabor de la sangre de Sookie, era lo más delicioso que el Vikingo había probado nunca. Después de un largo, larguísimo instante, ella se derrumbó sobre él. Su frente estaba cubierta de sudor, y los mechones húmedos de su pelo, se entremezclaban con el pelo de Eric.

Él retiró lentamente la mano, sacando los dedos de su interior, y después los chupó con deleite, saboreando los jugos femeninos que los empapaban.

Aquello era tan sabroso como su sangre, así que suspiró de placer mientras sentía moverse su erección palpitante, hinchada y dolorida, todavía encerrada en sus pantalones.

No importaba, Eric no tenía prisa. Todavía quedaba mucha noche por delante y después de aquella, llegaría la noche siguiente, y la otra, y la otra...y todas las demás noches a partir de ésta...

Sookie le pertenecía para siempre. Jamás la dejaría marchar.

- ¿Estás bien?- preguntó Eric finalmente dándole un beso en la sien. Sookie lo miró con sus grandes ojos pardos, y al cabo de un momento, hizo un gesto de afirmación con la cabeza.

- ¿Verdad que no ha sido tan terrible?- volvió a preguntar Eric con suficiencia mientras le mordisqueaba el lóbulo de la oreja. Ella se mordió los labios, y cuando él alzó la cabeza, interrogándola con sus fríos ojos azules, la chica bajó la mirada y se sonrojó un poco. Al Vampiro, su vergüenza le parecía inocente y encantadora. ¡Ojalá que siempre conservase ese punto de ingenuidad!

Aunque, claro, después del entrenamiento sexual al que pensaba someterla, aquello sería imposible. Era una auténtica lástima.

- No, no fue tan terrible- dijo Sookie con un hilo de voz.

Eric le acarició el pelo y después besó dulcemente uno de sus hombros. Ella acercó su cara a la de él y pegó su mejilla al rostro del Vampiro. Estaba buscando mimos, así que Eric la apretó entre sus brazos para que se sintiera segura.

- Sólo tienes que deshinibirte un poco Sookie- explicó él hablando muy despacio- Ya sabes que yo no te haré daño de verdad, y tampoco dejaré que nadie te lo haga.

Ella asintió cerrando los ojos y disfrutando de la simple sensación de sentirse protegida por su presencia. Le encantaba que Eric la abrazase y fuera tierno con ella.

Por desgracia, la tranquilidad le duró muy poco.

- A ver, levántate y vuélvete. Quiero ver cómo ha quedado ese dulce culito tuyo.

Con una mueca, y de bastante mala gana, ella se levantó y le obedeció. De sobra sabía que no serviría de nada ponerse a discutir con él. Era tan terco como una mula.

Eric examinó su parte posterior con satisfacción. Las manchas rojas que le cubrían las nalgas, contrastaban con su piel dorada, y las marcas de sus dedos habían quedado perfiladas en el trasero de Sookie.

Eric sintió como su polla daba un tirón, luchando por ser liberada. Sonrió mientras le separaba las nalgas con cuidado. Ella se envaró, pero le dejó hacer.

- Buena chica- murmuró Eric mientras se deleitaba mirando su feminidad rosada, y el pequeño esfínter, que también era de color rosa, aunque de un tono un poco más oscuro. Apenas había hurgado antes en esa entrada, porque no quería asustarla; sólo lo suficiente para comprobar si era virgen allí.

Se dio cuenta enseguida de que el conducto era muy estrecho y apretado, así que Compton no había llegado a sodomizarla. En ese sentido, todavía estaba intacta.

Eso le llenaba de regocijo. Le molestaba profundamente no haber sido él el primer amante de Sookie, pero desvirgar su tierno culo le serviría de compensación.

Le dio una suave palmada, se levanto y la cogió de la mano.

- Vamos- dijo, y tiró de ella.

- ¿A dónde me llevas ahora?- preguntó Sookie con estoicismo, aunque, ésta vez, caminó junto a él sin rechistar. Total, para lo que le valdría la desobediencia...

- Te llevo a mi guarida. La que utilizo para pasar el día. Allí estaremos muchísimo más cómodos- respondió él- Ten cuidado de no tropezar...o, mejor dicho: Ven aquí.

Sin una palabra más, volvió a tomarla en sus brazos y se hundió con ella en la tinieblas. La oscuridad se los tragó.

Al poco tiempo, Eric abrió una puerta y la cruzó. Los ojos de Sookie se habían acostumbrado un poco a la falta de luz así que se dio cuenta de que estaban bajando unas escaleras.

Enseguida reconoció el lugar. El aire enrarecido resultaba inconfundible. Eric la había llevado al sótano.

- ¡Oh no!¡Oh no!¡Oh no!- pensó Sookie.

Oh si, oh si, oh si! jajaja no te quejes tanto Sookie. Genial Luka, veo que tenemos fanfic para rato, engancharas la historia con otra noche de pasion salvaje entre ellos?

bravissimo!

¡Uy chicas! Veo muy poco comentario por aquí. Espero no haberos escandalizado, pero ya os avisé que iba a haber escenas de sexo muy, muy explícito.

¿No queríais movida entre Eric y Sookie? Pues aquí la teneis.

Buttercup, me he estado riendo media hora con el gift. Es buenísimo.

Fangtasia, me alegro de que te haya gustado. Todavía es temprano para ellos. Ten en cuenta que Sookie llegó al Fangtasia al anochecer. Sobre las 9 de la noche, se encontró con Eric, fue al baño y tuvo toda la movida con Philip y no habrían pasado más de 2 horas, así que calcula sobre las 23.30 cuando Eric cerró el bar y fue a buscarla a la oficina. Ahora mismo, como mucho serán cerca de las 2 de la madrugada. Todavía les quedan varias horas por delante, y ten en cuenta que Eric ni siquiera se ha quitado los pantalones. Tengo material para varios capítulos más.

Pero no sé. ¿Quereis que siga? Mi intención al escribir éste Fanfic era resarcirnos un poco del final de temporada y de todas las chorradas que AB ha hecho con Eric, pero, si preferís algo más light, o considerais que me estoy pasando...es decir, si no os gusta lo que leeis, decírmelo con confianza y lo dejo.

Maidiremai, gracias por tu comentario, y gracias por leer mi historia.

Hola Luka! a mí me está encantando tu historia, eres muy culpable de que me haya registrado en este foro, ya que llevo días enganchada a tu historia y comprobando cada dos por tres si ya has colgado el siguiente capítulo. Eres una artista y por favor no dejes de escribir! Y hazlo como lo sientas porque desde luego hasta ahora para mí has acertado. Muchas gracias por alegrarme el día con tus capitulos y así no hacer tan dura la espera a la siguiente temporada

gracias a ti luka q me has enganchado! jaja
yo opino que está bien, es que tu eres la creadora entonces tienes q desarrollar tu imaginación como te vaya viniendo...
no se, podrías acabar esa noche y si te da por seguir escribiendo algo más bien, y si quieres parar ahi pues también perfecto, porque nos estas ayudando a soportar la espera hasta el año que viene (al menos a mi). Yo de momento estoy encantada con tu historia y te animo a que si sigues encontrando inspiración sigas!

Luka,sigue,me tienes enganchada y para nada hagas algo mas ligth ehhh

ni se te ocurra hacerlo más light, a mi me encanta el tono que tiene ahora mismo la historia

Dale caña en el sotano del fangtasia Luka! a quien no le guste que se vaya a leer salmos a un monasterio! Mira me has inspirado para hacer este video, Sookie observa a Yvetta escandalizada pero ella tambien quiere ser sometida, ji ji.



Bad romance... bad romance... nos gustan las historias morbosas! A seguir con el fanfic!

me encanta, me encanta sigue adelante...

Fangtasia que buen video!! ya me llega mail cada vez que subes uno y q cabrón Bill ya no me acordaba de lo del cemento.....argggg

Je, je. Fangtasia, me encanta ese vídeo. Has captado perfectamente el espíritu de Eric en ésta historia. Ahora, soy incapaz de mirar el Trono de Fangtasia sin ver la imagen mental de Eric dándole unos azotes a Sookie. ¡Ay Alan Ball, la vida de Eric está llena de posibilidades, y usted no aprovecha ninguna !

Bueno, cómo veo que nadie se ha asustado, voy a seguir. Todavía tengo para varios capítulos hasta que llegue el amanecer. Después, ya veremos lo que pasa. Puedo seguir si quereis con éste fanfic, o empezar otro distinto. Habíamos hablado de reescribír el último capítulo de la temporada, pero haciendo que Sookie escoja a Eric y se lo lleva a su casa y se pasen la noche follando. Creo que Ladydark también estaba interesada en escribir esa historia.

Stardust, aprovecho para darte la bienvenida y me alegro mucho que te hayas animado a registrarte. Si eres Fan de Eric, sólo decirte que dentro del foro hay un subforo para el Vikingo (que es éste) dónde hay un montón de hilos y están prohibidos los ataques a nuestro personaje favorito. También tenemos un censo en el que puedes apuntarte si quieres. Disfruta y pásatelo muy bien. Ahora mismo estamos viendo Generation Kill, que es una miniserie sobre la Guerra de Irak y que también está protagonizada por el actor. Anímate a verla con nosotras si te gusta Alex.

¿Light? Por favor, no! Lo del sótano... tengo unas ganitas de leerlo.

Gracias Maidiremai! pues si, para que veas como se las gasta el señor Compton el muy cerdo. Intenta matar a Eric, engaña a Sookie para que beba su sangre, se carga a la reina... Y luego nos venden al mejor King que ha parido luisiana, el que lo hace todo bien y no se arrepiente de nada. Si ha tenido errores en el pasado no pasa naaaa, miramos para otro lado y luego nos inventamos algo para que quede por encima de Eric. La cosa es que Bill recupere el cariño del publico, lo poco bueno que haga tiene que cubrir todo lo malo. En esa linea van los guionistas.

Luka es que fue leer tu fanfic e inspirarme enseguida. La verdad es que yo ahora me imagino a Eric con un latigo o con una fusta pegando a Sookie en el culo jajaja de paso que se ponga Alan Ball que tambien se merece una buena tunda(no he olvidado esa imagen jaja)

Yo creo que este Eric quiere pervertir chechualmente a Sookie, (y me encanta) dice que ojala no pierda su toque de ingenuidad pero querido eso es imposible jeje contigo se aprende muy rapido. Al final Sook acabara perdiendo la verguenza y no se sonrojara cuando le pida cosas "raras". Es que si cada noche hay sesion folladora se ira soltando y no tardara mucho en acostumbrarse a los gustos del vampiro.

Por otro lado me gustaria ver a Sookie en plan guarrilla Luka. Quiero que tome la iniciativa y sorprenda a Eric con algo nuevo, que no se espere esa actitud por su parte. Si no es en este episodio, en el fanfic continuacion a este o en lo que querais pero que la veamos ingeniandoselas como sea para hacerle disfrutar.

Fangtasia ¡qué buena idea! La verdad es que una parte pornosa en la que tome la iniciativa Sookie no estaría mal, que el pobre Eric se va a quedar sin ideas como continué tomándola él.

Claro Wynne... jeje un striptease a lo Yvetta en la barra del bar por ejemplo o que le diga guarreridas nada mas despertar , que vea que se muere de ganas por verlo y estar con el. Que no lo deje salir del ataud y se lo folle ahi directamente... jajajaja. Esas cosillas inesperadas no?

Que lo coja del cuello, que le pegue unas cuantas bofetadas.... yo si no teneis ideas aporto.

Me gusta me gusta!!